La vida con golpe enseña. Y si no aprendes a la primera, te sigue golpeando...

Mientras oscurecía no podía dejar de pensar en los porqué de la distancia, la indiferencia, las malas caras, la conveniencia, el desden... y en su rostro sonriendo al anochecer entre luces de mil fuegos, entre mil sonrisas simuladas de placer, entre egos mal pagados y miradas que desnudaban su soledad...

Y entre los pensamientos impuros y deseos de su defunción inaudita, volvió aquél sueño de eternidad, aquél en donde despertaba arrugado junto a su piel canela, cansada de respiros insalubres y con mil palabras aun no dichas y no pude evitar caer muerto en su ausencia...

Alguna mañana volveré a renacer sin recuerdos de por medio y a dormir silbando aquella canción de Silvio que aprendí mientras gateaba en un rincón de aquella salida triste y diminuta pero gigante ante mi mirar onanista.

"Ojalá que la luna pueda salir sin ti..."